Óscar Urías, de los grandes en los 70’s

ÓSCAR URÍAS 03
Öscar Velazco Urías,recibió un merecido reconocimiento.

Óscar Urías, uno de los grandes de los 70’s * Jugador Destacado del equipo “Superior” 

En nuestros tiempos, existe si no un mayor número de posibilidades de llegar a probarse en el béisbol de paga que en años anteriores, por lo menos sí un camino mucho mejor definido, con eso de las academias y la relación que cuentan ahora las ligas amateurs e instituciones promotoras con las organizaciones profesionales.


Aparte que las condiciones no eran las mismas y solo se quedaban por allá los que no tenían muchas otras opciones de desarrollo, los verdaderos talentos o aquellos que no cejaban nunca en el intento.
Toda una serie de circunstancias adversas se presentaban en contra de los mejores prospectos de muchas regiones del país, como fue el caso de Sinaloa en la década de los años setenta, donde muchas figuras de otrora se quedaron en el camino.
En aquellos años, en la ciudad de Culiacán se jugó un béisbol de altura, con las nuevas generaciones de jugadores que precedieron a aquellas que sobresalieron con algunos de sus más destacados elementos en la “vieja” Liga de la Costa, la Liga del Noroeste, la Liga “Central de Sinaloa” y la Invernal “Sonora-Sinaloa”, hoy LMP.
En el segundo lustro de los años sesenta y el primero de los setenta, en la capital del estado, se “brilló” con aquella Liga “Intersemanal” que apareció después de la primera Liga “Carta Blanca” y que se jugaba al parejo con la segunda época de ésta misma.
Previo al inicio de la Liga “JAPAC”, en 1976, donde sobresalió el equipo aquel “Superior”, que por temporadas fue la sensación del momento y apareció por siempre como favorito al gallardete, con jugadores de la talla de un Leopoldo Araiza, como catcher; Ernesto Cañedo, como primera base, Jorge Cota, como segunda; Francisco Ramírez, como tercera; Óscar Urías, como parador en corto; Rubén Martínez, como jardinero izquierdo; Mario Petris, como jardinero central; Leopolfo Félix, como jardinero derecho; y como pitchers, nada menos, José Moreno, Francisco Bustamante, Óscar Carranza y Carlos Quintero.
Al frente del conocedor Roberto Zazueta.
Todos ellos, como muchos otros de la época, con las habilidades suficientes como para poder hacer el grado en la pelota de paga.
En un tiempo donde se disfrutaba todavía la participación de algunos grandes jugadores de todos los tiempos como Francisco de la Rocha, Lucio Peña, Manuel de los Rios, Cliserio Trujillo y Amado Ontiveros.
Lucio Peña, el deportista más completo de todos, en la opinión de muchos.
Y aunque Sinaloa, no logró recobrar nunca la supremacía impuesta un periodo atrás por los equipos selectivos dirigidos por el “Pachuco” Antonio Zazueta Villa, hubo siempre participaciones decorosas y el sello de un muy buen béisbol en efecto a nivel selección.
Desde su ingreso a las más fuertes ligas de la región, en 1972, el parador en corto de más habilidades de entonces, el recientemente homenajeado Óscar Velazco Urías, solo Óscar Urías en los “line ups” de juegos de campeonato, recordó en una breve plática haber tenido la oportunidad de llegar al profesionalismo, cuando en 1973 asistió a la pretemporada del equipo “Tomateros” de Culiacán y haberse combinado en los entrenamientos con Saúl Mendoza, uno de los grandes del equipo “guinda” y de quién recibió muy buenos consejos.
No “firmó” en su momento, como otros y terminó mejor su carrera profesional de Contaduría Pública en la Universidad Autónoma de Sinaloa.
Óscar Velazco Urías, que por siete temporadas en fechas recientes, promovió con el patrocinio de Papelería “Velazco” un equipo destacado del béisbol infantil y juvenil de Culiacán, donde militaba José Mario, uno de sus hijos, quien siguiendo los pasos de su señor padre ha podido dejar huella asimismo en el terreno amateur.
Con muchas anécdotas sobresalientes a su paso, pero, que Óscar Urías, resume con orgullo solo el hecho de haber tenido la oportunidad de figurar en su deporte favorito que inició, dijo, en Loma de Redo, Quila, con un balón de voleibol adaptado como su primer güante y que en 1968 al llegar a Culiacán con su familia, en la colonia Hidalgo -atrás del Cuartel-, debutó formalmente en el “rey de los deportes” a los 16 años en ciertas “careadas” que por ahí se jugaban y que al tercer partido, dada su capacidad ya se había convertido en el capitán del equipo y hasta organizador de los juegos.
En las ligas del “Pachuco”, con el pitcher Óscar Félix y el catcher Ricardo Ahijara, como compañeros, donde llegó a pelear una final.
En 1970, expuso, tras su ingreso a la Escuela Preparatoria “Nocturna” de la UAS y por recomendación de su tío Marcos Urías Sotomayor, se presentó a un entrenamiento en una explanada o “baldío” que se encontraba frente al “Puente Negro” bajo la dirección de Tomás Arroyo y ahí el popular “Piyuyo”, quedó sorprendido no solo por sus fino fildeo, sino por el fuerte poder en sus muñecas, de tal manera de haberle suspendido rápido su turno de bateo a raíz de la pérdida de pelotas que mandaba por allá atrás de la vía.
José Moreno, el líder en “blanquedas” y “chocolates” recetados de por vida en el béisbol amateur de Culiacán, sin duda, estelar de juegos de campeonato en las mejores ligas y torneos estatales, en cerrados duelos con Jairo Valenzuela (Ahome), el 1-2 con Francisco Bustamante y Óscar Urías, con un inolvidable batazo de “cuatro esquinas” para el 1-0 final en memorable partido.
Óscar Urías, líder bateador en 1973 de la Liga “Intersemanal”, aunque no con las veces legales al plato, siempre entre los mejores diez en toda una década y quien recuerda haber recibido hasta una base intencional con la caja llena en la fuerte Liga de San Lorenzo, llamó en efecto la atención de los “buscadores”.
En un año, donde por cierto en la Liga Intersemanal, participó el propio Beto Vargas, quien recientemente en la Liga “Central” había sumado la “friolera” de 62 cuadrangulares en una temporada, uno más de los conectados en las ligas mayores por Roger Maris (Yanquis de Nueva York), en 1961. (SANBUS).