Ramón Colmenares García, un jugador que disfrutó y gozó de su paso por las ligas pequeñas de béisbol

*Campeón bateador en Torneo Nacional de la Categoría Juvenil Menor Ligera

En el lejano año de 1972, surgió en la ciudad de Culiacán dentro de las categorías Infantil Menor e Infantil Mayor el béisbol de las ligas pequeñas… allá en los desolados entonces campos del “Centro Cívico Constitución”.

Guillermo Aguilar Camarena, al frente de la Sección Deportiva del Periódico “El Diario de Culiacán”, exhortaba día a día en sus “notas” a niños y jóvenes que simpatizaban con el “rey de los deportes” a formar parte de sus primeros equipos.
Se había traído la idea de levantar un interesante movimiento deportivo que a nivel nacional y en el propio puerto de Mazatlán empezaba con fuerza a abrirse paso.
Humberto, un hermano suyo y destacado periodista igualmente, radicado en el vecino municipio lo puso al tanto de los acontecimientos y lo convenció de encabezar tal promoción.
Guillermo, invitó a Antonio Zazueta Villa a liderearla, pero, ante la negativa del “Pachuco” fue él mismo quien hizo las veces de Presidente Fundador de la “pionera” Liga Culiacán, aunque después se hizo una extraordinaria elección en la persona del Dr. Humberto Rodelo López, encargado de hacerla crecer en el resto de sus divisiones y de desarrollar tal organización en todo el centro y norte del estado.
Se dio una importante primera etapa: el establecimiento del béisbol infantil y juvenil en la capital de del estado Sinaloa, en efecto..
En 1976 y 1977, con el nacimiento de las ligas “Humaya” y “Aztecas del Valle”, su promoción cumplió con el objetivo de llevarla a más colonias y sectores de la localidad.
Pero, le faltaba planear algo más definido y pensar sobresalir asimismo en el terreno de juego..
Con el propósito de promover más este deporte entre la niñez y juventud de Culiacán y buscar sobre todo un ansiado primer gallardete a nivel nacional, en 1979 surgió a su vez la Liga “Tres Rios”, que cumplió a cabalidad con tal objetivo en su propio debut dentro de la categoría Infantil Mayor Ligera (11-12 años) y que refrendó después con cuatro gallardetes de Juvenil Mayor (15-16) en 1982, 1983, 1985 y 1986.
Todos ellos, bajo la dirección del C.P. Carlos Hidalgo Félix, presidente y promotor principal de la misma.
Tan destacada participación en el terreno de juego fue el rasgo característico en lo sucesuvo de la bien llamada “gloriosa Liga Tres Ríos», que desde entonces todas y cada una de sus generaciones de jugadores defienden con orgullo.
Ramón Colmenares García, uno de ellos, quien recuerda con nostalgia y mucho cariño su paso por el béisbol infantil y juvenil como miembro de uno de sus equipos participantes.
En principio, con su decisión de integrarse a la liga porque el béisbol lo practicaba desde pequeño en la calle y porque siempre escuché decir que es el “rey de los deportes”, lo cual tuve oportunidad de comprobar, dijo en entrevista.
Llegué a la Liga Infantil y Juvenil de Béisbol Tres Ríos, recuerdo, porque era la más cercana de mi casa, por el deseo que teníamos un primo y yo de pertenecer a un club deportivo y por el gusto mismo de convivir con otros amigos y compartir sus incidencias.
Yo, definitivamente era un buen chocador de bola a la hora cero y de muy buen fildeo”.
Recuerdo con mucha nostalgia el nombre de mi primer equipo: “CAPASA” (Categoría Infantil Menor), donde jugaba junto con mi primo Carlos Torres y otros jugadores como Geovanny López y Oscar Acosta hijo.
A mi primer manejador: Oscar Acosta, quien era originario de Mazatlán y que por motivos de trabajo residía aquí en Culiacán.
Recuerdo aquellos encuentros contra equipos como el “Josmal” del “Luison”; el “Volkswagen” del gran amigo Viviano Salazar , originario de Bachigualato, un gordito cachetón muy agradable quien se nos adelantó ya en el camino y a quien recuerdo con mucho cariño, como pitcher de una curva endemoniada y un poder fuera de lo normal como bateador, acostumbrado de enviar la bola atrás de la barda entre las casas o hasta la calle misma que se encuentran alrededor de los campos del “Nuevo Culiacán”.
Todo un espectáculo ver al gran Viviano a quien le temíamos como rival.
Otro equipo a vencer, ni más ni menos que el “SPIUAS” que dirigía el Profr. Adelaido Chávez, un gran promotor de esta liga, respetado y muy estimado por todos.
Aún recuerdo como las noches anteriores a los juegos cómo solía alistar mi uniforme rojo con el nombre de “CAPASA” al frente, mi manilla lista y de vez en cuando una pelota nueva que con su olor despertaba en mí el deseo indescriptible de jugar al béisbol
No podía dormir contemplando mi uniforme, transportandome a mis juegos anteriores.
Finalmente, me quedaba dormido y por mi deseo tan grande de asistir al campo de juego los días domingos me despertaba antes de lo programado: solo esperaba que llegara mi primo Carlos por mí para ir feliz al juego.
Recuerdo que esa temporada estuvimos muy cerca de llegar a la final, pero no lo logramos.
Era mi primer temporada y me daba por bien servido por tan grata experiencia.
La final fue entre los equipos “SPIUAS” del Profe Adelaido y el equipo “Josmal” del Luison, que ganó el primero si mal no recuerdo.
En la categoría, participaba un habilidoso jugador que le decíamos el «Gera», un excelente chocador de bola y robador de bases.
Después, en la Categoría Infantil Mayor, jugué con el equipo “Taller Perú”, integrado por casi los mismos jugadores y otros que no reforzaron.
En esos años, motivados todos por lo que hacían un Fernando Valenzuela y un Teodoro Higuera, allá en las grandes ligas, continuabamos con nuestra euforia por el béisbol.
Aunque a veces éramos rivales o nos disgustabamos con los demás compañeros por cualquier motivo, nos veíamos como una familia, no importando de dónde veníamos.
Nos apasionaba algo en común y estábamos ahí por lo mismo, por el béisbol en si.
Dentro de toda esa gente que nos reuníamos, domingo a domingo, destacaba una persona muy involucrada y comprometida con todos nosotros, un señor alto, de lentes y ¡claro! con gorra, el presidente de la liga… el señor Carlos Hidalgo, gran impulsor de nuestra gloriosa Liga Tres Ríos.
Así como todos los manejadores, ampayers, padres de familia, jugadores y otros colaboradores más.
A veces cuando llegabamos temprano a los juegos y mientras estábamos a la espera del nuestro, nos sentabamos aún lado de la tiendita que estaba en el puro centro de los campos y quedábamos de frente al de la categoría “Juvenil Mayor”, donde era inevitable no poner atención alos gritos de motivación de cada uno de los managers y jugadores de los equipos en juego.
Equipos muy conocidos y de mucha tradición en la liga, trenzados en una dura batalla sobre el terreno de juego como los “Kikis” y “Papagayos” a los cuales veíamos como un ejemplo a seguir.
Regresando a la “Infantil Mayor”, en todos los juegos aparecía un señor muy moreno que hacía las veces de ampayer, muy querido a veces y otras muy criticado, dependiendo a quien favorecía involuntariamente con sus decisiones, lo que lo convertía en una persona muy polémica y a quien llamaban «Chava».
Así como también no podemos dejar de mencionar al tremendo, conocido y muy querido «Elio», papá del «Chino» quien también participó en la liga y quienes tenían su domicilio exactamente enfrente de la liga.,
De igual manera a un señor que asistia a la liga y apoyaba con el ampayeo y otras cosas, que algunos recordarán como «Ramón Pinzas», por su costumbre de traer siempre consigo algunas herramientas a la vista, entre ellas y como más notorias unas pinzas, de ahí el apodo.
En esa temporada, quedé seleccionado por el “Luison”, pero mis papeles no se enviaron a tiempo y desafortunadamente no participé, lo cual me entristeció por no haber podido representar a mi liga que hubiera sido maravilloso.
Pero, de cualquier forma, fue un placer para mí haber sido preseleccionado, lo cual me indicaba que estaba haciendo bien las cosas y empezaba a darme cuenta que este bello deporte reunía a mucha gente.
Ahí estaban personas como Carlos Hidalgo, Adelaido Chávez, Sixto Tobias, Pedro López, El “Luison”, Parra, Óscar Acosta, jugadores como Viviano, el “Periquin”, Alex Padilla y sus hermanos Miguel y el “Chito”, Gerardo Zepeda el “Gera”, Elizandro Benítez, Óscar Acosta hijo, Romeo Hidalgo, el “ Toro”, el “Pica” Berrelleza y su hermano, otro de apodo el “Mimoso”, Marcos López, Geovanny López, José María Ochoa mejor conocido como el “Chemín”, el “Humbertillo”, Carlos Torres, Ramón Colmenero «el Mony», Avendaño, el “Chemo”, Miguel Ochoa, El Pedrito López, Israel Reyes, de Balbuena y disculpen que no recuerde el nombre de otros muchos que vienen a mi memoria por su forma de jugar.
Sigo avanzando y en la Categoría “Juvenil Menor” me invitaron a jugar con el potente equipo “Refaccionaria López” que dirigía el señor Pedro López a quien recuerdo con todo respeto, dónde jugué al lado de grandes compañeros y jugadores como Geovanny López, Pedrito López, Israel Reyes y Alex Padilla, entre otros.
Aquí, después de una gran temporada volví a ser seleccionado para representar a la Liga “Tres Ríos” en la “ligera”, con mis papeles ahora sí en tiempo y forma.
Participe en un Torneo Distrital, con sede en la Liga “Culiacán” cuando éstá se ubicaba a un costado del puente “Benito Juárez”, donde quedamos campeones y ganamos el derecho de ir al Torneo Nacional de la categoría llevado a cabo en la Liga Mazatlan ubicada a un costado de la Plaza de Toros del bello puerto con la participacion de equipos provenientes de las ligas “Petrolera”, de México, una del estado de Veracruz, la “Guaycura”, de Tijuana, la “Tomas Oros Gaytán”, de Ciudad Obregón y por supuesto, la “Tres Ríos”, de Culiacán.
Todos, en los mejores hoteles… nosotros en el “Justo Sierra”.
¿Cuál es ese?, se preguntrarán algunos, ni más ni menos que una Escuela Primaria, la cuál nos sirvió para hospedarnos.
A mi no me importó en lo más mínimo, puesto que era toda una experiencia y un orgullo indescriptible representar a la “Gloriosa Liga Tres Ríos”, como bautizó la Revista “DEPORTEMAS”, un nombre de batalla muy bien recibido por todos.
Llegamos hasta semifinales, perdiendo contra Tijuana en un juego donde nuestro pitcher estelar Israel Reyes, el “Zurdito” de Balbuena, no estuvo en su día.
Tijuana, a la postre campeón del torneo.
Dandose paso a la premiación y aunque yo sabía que tuve una magnífica actuación en el bateo dando de hit por todos lados no esperaba nada y de repente al dar los resultados mencionaron mi nombre como líder con un porcentaje arriba de las 500 milésimas.
Entre paréntesis, nos dijeron a todos que enviarían el reconocimiento a nuestro lugar de origen, lo cual nunca sucedió, pero, eso no me importó, lo mejor de todo fue que disfruté algo inolvidable y que llevaré siempre conmigo.
En especial, el trato de mis amigos que aún conservo.
Ahí me di cuenta que no es nada fácil obtener un campeonato nacional, puesto que influyen muchos factores como lo son una muy buena preparación, donde puedes tener a los mejores jugadores, pero si no están preparados física y mentalmente no saldrán las cosas como se esperan.
Donde la armonía, como una buena fortaleza mental juega un papel importante y sea cual sea el resultado, siempre se sale ganando, puesto que se aprende bastante.
Aparte de que las circunstancias estén siempre a favor.
Finalmente, espero haber aportado algo por lo que viví y disfruté como jugador de mi “Gloriosa Liga Tres Ríos » a la cual llevo siempre en mi corazón, dónde disfruté de la amistad y compañerismo de muchos grandes amigos que no mencioné pero, igual los recuerdo con todo cariño.
¡EN EL CAMINO DE LA VICTORIA!. (SANBUS).